Juan
8:1-1
Los
escribas y fariseos traen a una mujer que según ellos había sido sorprendida en
adulterio y la presentan ante Jesús.
Esta
aparenta ser una situación en que estos hombres “religiosos” buscan que la ley
mosaica sea cumplida, pero si leemos atentamente la ley que Jehová le da al pueblo de Israel a través
de Moisés nos damos cuenta que estos hombres no estaban interesados en hacer
justicia y si en acusar a Jesús.
Veamos
lo que dice la ley en ( LEVÍTICO 20:10) “ SI UN HOMBRE COMETIERE ADULTERIO CON
LA MUJER DE SU PRÓJIMO, EL ADULTERO Y LA ADULTERA IDEFECTIBLEMENTE SERÁN
MUERTOS”; leemos claramente que los dos serían muertos hombre y mujer que
estuvieran en el acto del adulterio, pero que raro solo la mujer es llevada y
acusada, me pregunto y el hombre que estaba con ella? La mujer estaba adulterando sola? Es esto
posible? Creo que no.
Estimado
lector esto fue claramente una situación armada para acusar a Jesús ya que si
Cristo decía que la mataran lo acusarían de ir contra Roma no olvidemos que
Israel era en este entonces gobernado por Roma y si decía que la dejaran ir lo
acusarían de quebrantar la ley mosaica.
Estos
hipócritas pensaron que habían dejado a Jesús sin salida, se creyeron muy
sabios, no les importó llevar a la muerte a una persona, en este momento se
convirtieron en grandes jueces, aunque tal vez en lo secreto de sus recámaras
ellos mismos hubiesen cometido pecados tan graves como este.
Todas
las miradas ahora se dirigían a Jesús esperando una respuesta, y este con calma
y serenidad escribía en tierra con el dedo, sin pronunciar palabra, como
insistieron en preguntarle se enderezó y les dijo: el que de vosotros esté sin
pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella, la palabra dice que
ellos acusados por su conciencia salían uno a uno, comenzando desde los más
viejos hasta los más jóvenes. Quedaron solamente Jesús y la mujer, en ese
momento se produjo uno de los actos más bellos de amor y perdón descritos en la
biblia, Jesús la mira, me imagino no fue una mirada de condenación y si una
mirada tierna llena de amor y perdón le dice: mujer donde están los que te
acusaban? Ninguno te condenó? Ella dijo ninguno Señor, entonces el le dijo ni
yo te condeno vete y no peques más. Aquellos que quisieron atrapar y condenar a
Jesús fueron condenados por su propia conciencia, no estaban en posición de
acusar a nadie, eran solamente religiosos, muchos de ellos fingidos, sepulcros
blanqueados como lo dijo Jesús en diversas ocasiones, conocían muy bien la ley
pero nada de DIOS.
Hoy
día esta situación se repite muy a menudo en el medio cristiano, hay hombres
que conocen mucho de la biblia, discursan largos sermones, pero no saben quién
es Jesús, leyeron sobre él, estudiaron sobre él, pero nunca tuvieron una
intimidad con él. Y Estos hombres con muchos diplomas colgados en sus lujosos
escritorios, estos hombres llenos de soberbia y orgullo se sienten aptos para
juzgar y hacerse de jueces en la tierra, se hacen pasar por intermediarios entre
Dios y el hombre.
Por
dentro son sepulcros blanqueados que muchas veces en lo secreto de sus
recámaras hacen cosas peores que aquellos que no conocen la palabra de vida.
El
único juez que tenemos es Jesús, y aún nos da la oportunidad de arrepentirnos
de nuestros pecados y ser perdonados, no importan cuales sean ni cuantos sean.
Aún hay tiempo de buscar su perdón y dirección, lo que anhela de nosotros es un
corazón sincero y arrepentido, el pasado quedó atrás nuevas criaturas somos en Cristo. Busca a JESÚS y
recibe la salvación del alma y el perdón
de tus pecados!!
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